Un piso pequeño resuelto con mucho ingenio

Un piso pequeño resuelto con mucho ingenio

En este piso no hay espacio para los convencionalismos. ¿Por qué tener un comedor si no lo usas? Con las ideas claras y mucho ingenio, los metros se duplican. Y este piso guarda una sorpresa en cada rincón. Porque aquí, nada es lo que parece.

Así, la consola situada tras el sofá no es una consola: es la mesa del comedor. Basta levantar sus alas y se convierte en una mesa para ocho personas. La pared con unas cortinas venecianas en uno de los lados del salón no es realmente una pared. Subes las cortinas y no hay nada, solo la cocina.

La mesa del office es, en el salón, una librería baja para cedés y libros. Y así podríamos seguir detallando los recursos que, con el ingenio del interiorista Pepe Llaudet, rentabilizan los metros de este dúplex urbano. “El uso de piezas convertibles, como la mesa del comedor, permite ganar metros con un simple gesto de plegado”. Y es que, ¿cuántas veces tenemos invitados? Unos más que otros, pero siempre de vez en cuando. Entonces, ¿para qué ocupar medio salón con la mesa?

Con la misma idea de practicidad en mente, el interiorista diseñó una enorme librería de pared a pared que acoge el televisor y la chimenea de etanol. Frente al sofá, se ha optado por dos mesas de centro en lugar de elegir una más grande porque pueden funcionar como auxiliares, trasladándolas de un sitio a otro. Pero si hay algo que llama la atención es el enorme mueble de hierro que contiene los cedés. “Es el punto de unión con la cocina, ya que por el otro lado es la mesa de trabajo que sirve, además, de office”. Sobre ella se ha colocado una lámina de cristal, que frena los humos y olores procedentes de la cocina. Ésta queda oculta tras un estor veneciano que, abierto, deja pasar la luz a la cocina y, por la noche, se puede cerrar para dar intimidad al salón. Ya en el piso de arriba el dormitorio sigue la misma tónica de aprovechamiento del espacio: un gran mueble bajo a medida recorre toda la pared a pie de cama.